El poder de tu creatividad Conectando con la voz de tu niño interior.

El poder de tu creatividad: conectando con la voz de tu niño interior.

  1. El arte es el espíritu que vive en ti

Gustav Carl Jung, dice: “La creación de algo nuevo no se logra con el intelecto, sino por el instinto de juego, actuando desde una necesidad interna. La mente creativa, juega con los objetos que ama”.

El arte es una transacción espiritual, y la creatividad es el orden natural de la vida. La vida es pura energía creativa.

Cuando nos abrimos a nuestra creatividad, también le damos oportunidad a que la creatividad del universo se manifieste a través de nosotros. Cuando una persona se siente inspirada, se dice “Que el espíritu se expresa a través de ella”. La inspiración nos abre la puerta a la creatividad y las originales y nuevas ideas, a la resolución de problemas y a las nuevas posibilidades para desarrollarnos como personas. 

Al despertar nuestro canal creativo, muchos cambios sutiles y otros poderosos van a ocurrir.

El arte es un acto de fe.

Lo sepamos o no, siempre existe una energía creativa que se quiere expresar a sí misma a través de ti.

La creatividad es una planta que con poco agua y cuidado de tu parte, te regresa un abundante follaje. 

  1. Bloqueos emocionales

Para hablar de este tema siempre me gusta comenzar haciéndole una pregunta a las personas:

¿Recuerdas qué querías ser de pequeño?, ¿Cuáles eran tus pasatiempos y en qué soñabas?, ¿A qué jugabas y qué historias te contabas?, ¿y de adolescente?.

Muchos de nosotros, por diferentes experiencias de nuestra vida, creemos y tememos de que si anhelamos sueños creativos, seremos egoístas. Si nuestros padres en algún momento desaprobaron o dudaron de aquello que soñábamos, la certeza que teníamos se debilitó provocando duda en nosotros. Es así como enterramos en el olvido estos deseos. A eso se le llama bloqueo.

Las añoranzas creativas pueden ser muy variadas, como quizá aprender a tocar el piano, pintar, tomar clases de baile o actuación o escribir, por mencionar algunas.

También podemos tener otras necesidades creativas que no son tan claras, pero que deseamos que le den un giro a nuestra forma de vivir en nuestro trabajo, en la relación con nuestra familia o amigos.

Existe una manera de poder descubrir esta creatividad que habita en nosotros a través de explorar y observar nuestro propio proceso espiritual. Específicamente, lo podemos lograr prestando atención al enojo o tristeza que nos genera esta introspección o búsqueda, también nuestras resistencias o nuestros deseos o esperanza. 

Todo esto lo experimentamos cuando regresamos a nuestro pasado tratando de recuperar la inspiración de lo que tuvimos alguna vez y de los “nos” o posibles muros con los que nos enfrentamos, los cuales nos llevaron a retractarnos de aquellas grandiosas ideas o sueños que teníamos de nosotros mismos. 

Es así como bloqueamos algunas aspiraciones en nuestra vida, debido a que pudimos haber sacrificado los propios sueños en función de otros, es decir; invertimos más energía intentando cuidar nuestra relación, o priorizando los sueños de los demás. Tal vez no pudimos ser asertivos y poner los límites adecuados cuando lo requeríamos.

Uno de los principales ingredientes de la autoestima es el apoyo emocional. Nuestras necesidades como seres creativos es el apoyo. Desafortunadamente esto puede ser difícil de conseguir en la vida. Idealmente deberíamos ser alentados y nutridos primero por nuestro núcleo familiar y luego por amigos, maestros y personas más lejanas, sin embargo es muy probable que no hayamos recibido el apoyo adecuado para desenvolvernos y realizar ciertas aspiraciones que anhelábamos en nuestra juventud.

Los sentimientos de inadecuación no sólo provocan baja autoestima sino que nos hacen dudar de nuestro potencial como artistas. Es por eso que muchas personas que tienen el deseo de ser creativos se resguardan bajo la sombra de lo que pudieron haber sido.

Así como la creatividad es bloqueada en la infancia y adultez por el entorno, la expresión de las emociones auténticas de la persona, también se ven afectadas.

El proceso creativo se puede ver afectado por las heridas de la infancia que provocan que enterremos mucho de lo que somos en realidad. Podemos llegar a ser intimidados a tal punto que bloqueamos nuestra parte artística. Las dificultades en nuestros vínculos infantiles generan una baja sensación de valía personal que nos impide reconocernos como personas y obstruye nuestros sueños artísticos. Es así como las personas se mantienen como artistas bajo la sombra, es decir, que escogen carreras o aficiones paralelas a su deseo artístico pero no el arte en sí mismo. 

Un ejemplo es un niño que nace con la fascinación de contar historias y de adulto se convierte en un terapeuta que escucha las historias de otros ( porque ha dejado de escuchar las suyas). Otro ejemplo pueden ser los críticos de arte que posiblemente sean artistas que padecen un bloqueo como artistas.

¿Cómo sabemos que estamos bloqueados creativamente? Tener celos de otros es una excelente pista. ¿Existen personas o artistas a los que les tienes resentimiento?, ¿Te dices a ti mismo: yo podría hacer tal cosa sin tan sólo…?

  1. Nuestra ventana artística  

¿Cómo reconocemos y regresamos a nuestra verdad intacta e inalterable (nuestra esencia)?

Se necesita de fuerza interior para poder confrontar al mundo y ser leales al artista que llevamos dentro. Confrontar a las figuras de autoridad y luchar por mantener nuestra esencia.

El contexto social genera dudas en nosotros a lo largo de la vida respecto a quienes queremos ser y los sueños que deseamos realizar. Sabemos en nuestro corazón, que tenemos un sueño, un sentimiento, una urgencia o un deseo que queremos manifestar y no sabemos cómo. Si logramos nutrirnos como personas también lo lograremos como artistas.

Para muchos artistas que se mantienen bajo la sombra, la vida se siente como una experiencia desarticulada, sin sentido ni propósito. Muchos quieren escribir, pintar, cantar, actuar, bailar… pero tienen miedo de lanzarse y tomarse en serio a sí mismos como artistas.

Para dejar atrás las sombras y entrar a la luz de la creatividad, tenemos que tomarnos en serio como artistas, con un esfuerzo deliberado y suave y nutrir a nuestro artista, jugar con la creatividad y aprender a permitirnos este gozo. 

Como dice Joseph Chilton Pearce: “Para vivir una vida creativa, debemos perder nuestro miedo a equivocarnos”

Debemos proteger al artista que llevamos dentro, haciendo consciencia de lo siguiente:

Tenemos que recordar que nuestro artista es un niño al que tenemos primero que encontrar para poderlo proteger. Aprender a dejarse crear es como aprender a caminar. En el curso de desenvolverse, habrá caídas. Tal vez los primeros proyectos creativos (poemas, pintura, música o lo que fuere) tendrán el potencial de ir mejorando mientras recuperamos al artista que llevamos dentro.

No juzgarnos. Juzgar nuestros esfuerzos tempranos como artistas es sabotearnos.

En la recuperación de nuestros bloqueos creativos, es necesario que vayamos gentil y  lentamente, pues lo que estamos haciendo es curar viejas heridas. Nos centraremos en el progreso artístico, no en la perfección.

Debemos tener paciencia en el proceso de florecer como artistas, a pesar de nuestro deseo inmediato de ser extraordinarios desde el comienzo.

Habrá muchos momentos en los que no nos mostraremos adecuados ni para nosotros ni para los demás y es por eso que debemos de aceptarnos y dejar de exigirnos perfección. Es imposible mejorar y verse bien al mismo tiempo. Para poder recuperar al artista interior se debe transitar por cierta oscuridad hasta lograr encontrar nuestra parte luminosa y artística.

Los enemigos internos: las creencias negativas: La mayor parte del tiempo cuando estamos bloqueados en algún área de nuestra vida, es porque nos sentimos más seguros de ese modo. Puede ser que no estemos felices, pero por lo menos sabemos que no lo estamos. Mucho del miedo que tenemos de experimentar nuestra propia creatividad se debe por el miedo a lo desconocido.

Cuando deseamos abrirnos creativamente nos enfrentamos con diversas dudas y cuestionamientos como ¿Si soy alguien totalmente creativo, esto qué va a significar en mi vida? ¿Qué pasará conmigo y los demás cuando me exprese creativamente? En general estos cuestionamientos están fundados en pensamientos negativos de lo que podría pasar si nos abrimos a expresar nuestras emociones y sentido de vida a través del arte en cualquiera de sus formas. Entonces, es por eso que frecuentemente decidimos bloquearnos en vez de descubrir nuestro interior.

Para descubrir cuáles son nuestros pensamientos negativos y confrontarlos, podemos revisar la siguiente lista de creencias negativas comunes y así descartarlos, de manera consciente, poco a poco de nuestro mundo interior:

  • Todos me van a odiar
  • Voy a lastimar u ofender a mi familia y amigos
  • Voy a abandonar a mi familia y amigos
  • No sé escribir
  • No tengo buenas ideas
  • Voy a tener que estar sola/o
  • Voy a hacer un mal trabajo sin saberlo y parecer un tonto/a
  • Voy a sentirme muy enojada/o
  • Nunca voy a tener dinero
  • Mi pareja me va a dejar
  • Me voy a sentir mal porque no merezco ser exitosa/o
  • Lograré realizar una sola obra artística y nada más
  • Es muy tarde. Si antes no fui artista, ahora menos. 

Tenemos que saber que no todo lo que pensamos es verdad y por lo tanto nuestros pensamientos negativos tampoco. Estos pensamientos son producto de nuestros padres, religión, cultura y miedos de los demás y cada uno de estos pensamientos reflejan la noción que tenemos de lo que significa ser o convertirse en artista. De igual forma, toda esta influencia externa influye en nuestro auto concepto.

Las creencias o pensamientos negativos, son únicamente eso: creencias, no hechos. Lo que tenemos de fondo es miedo y los pensamientos negativos nos mantienen temerosos. Estos pensamientos negativos atacan nuestra sexualidad, inteligencia, capacidad de amar o ser creativos.

Cada pensamiento o creencia negativa tiene sus opuestos o  alternativas positivas y podemos practicar transformar lo que nos lastima en una posibilidad de sanación. 

Ejercicio: ventana artística   

¿Qué sé de mí, que los demás no saben?¿Qué saben de mí, que yo no sé?
¿Qué no sé de mí, y los demás tampoco?¿Qué sé de mí, y los demás también?

4. El salto de fe   

“Aprende a estar en contacto con el silencio que habita en tu interior, y así sabrás que todo en esta vida tiene un propósito”  Elisabeth Kübler-Ross

La creatividad requiere de fe, y la fe requiere que renunciemos al control. Esto nos asusta y nos provoca resistencia.

Nuestra resistencia a nuestra creatividad es una forma autodestructiva de tratarnos.

Podemos sabotearnos para mantener la ilusión de que controlamos las cosas y preferimos no cambiar.

Cada uno tenemos un sueño que podemos hacer realidad, si tenemos la valentía para admitir cuál es ese sueño. Para que esto suceda, debemos confiar en nuestra voz interior que nos da una guía de hacia dónde debemos dirigirnos.

Para poder reconstruir la seguridad de nuestra creatividad, tenemos que dar un salto de fe hacia aquello que desconocemos de nosotros mismos.

Salto de fe

El cambio hacia una dependencia espiritual es gradual. Hemos estado realizando este cambio de manera lenta y segura. Con cada día nos convertimos más verdaderos, honestos y leales con nosotros mismos, más abiertos a lo positivo. Con el tiempo vemos que esto también impacta en nuestras relaciones interpersonales.

Empezamos a hablar más desde nuestra verdad, escuchamos más la verdad de otros y abarcamos una actitud generosa que nos incluye a nosotros y al resto de las personas.

Nos volvemos menos prejuiciosos de nosotros y de las otras personas.

Depender del creador que vive dentro de nosotros, nos libera de todas las otras dependencias. Es la verdadera libertad del apego. Paradójicamente  es la única ruta a la intimidad real con otros seres humanos.

Cuando podemos liberarnos de nuestros terribles miedos de abandono, somos capaces de vivir con mayor espontaneidad. Cuando nos liberamos de nuestras necesidad de tener mucha seguridad, nuestros semejantes nos pueden amar de regreso sin sentirse tan cargados.

En la medida en que escuchemos a nuestro niño artista interior, se sentirá cada vez más seguro. Y al sentirse seguro, nos hablará con mayor fuerza. Con un tono más elevado. Hasta en nuestros peores días, una pequeña y positiva voz nos dirá: “Aún puedes hacer esto, o sería divertido hacer aquello”.

Una de las barreras para aceptar al gran creador, al universo generoso, es la noción limitada que tenemos de lo que podemos lograr. Incluso cuando escuchamos la voz creadora que claramente nos habla y nos da un mensaje, lo descontamos como algo loco o imposible. Por un lado, nos tomamos a nosotros mismos demasiado en serio y, por el otro, no queremos vernos como tontos, en busca de algo “inalcanzable”.  

Cuando recordamos que el universo es nuestro recurso, nuestra fuente, nos colocamos en la posición de tener una cuenta bancaria espiritual ilimitada.  Casi nunca consideramos lo verdaderamente poderoso que el gran creador o el universo es.  En lugar de esto, le ponemos límites al poder disponible para nosotros. Nosotros decidimos qué tanto poder tiene el universo. Somos egoístas con nosotros mismos, y cuando recibimos un regalo superior a lo que imaginamos, por lo general lo devolvemos. 

Pareciera como si este capítulo se tratara acerca de una varita mágica. Se lo pido al universo y ¡listo! A veces se sentirá tal cual. Pero hay que acordarnos de que hemos pasado por un proceso de limpieza interior, de escribir las páginas al despertar, de hacer espacio para que penetre la magia, la sincronía. Poco a poco se aclara la visión de lo que deseamos. Aprendemos  a aceptar pedacitos de esa visión y un buen día, la visión se concreta. En pocas palabras, reza para alcanzar el autobús y luego corre lo más rápido que puedas. 

Lo primero que debemos creer para que esto ocurra, es que somos capaces de  alcanzar el autobús. Debemos creer que todo el mundo tiene acceso al universo y de este modo no nos sentiremos culpables de recibir la abundancia. El hecho de que la abundancia esté disponible para todos, permite que no sientas que al tú recibirla, privas a alguien de ella. 

Somos miserables con nosotros mismos porque pensamos que nuestra suerte tiene un límite. Le damos al universo un papel de figura paterna que nos dice qué merecemos y qué no. Al recordar que el universo es la fuente, un flujo de energía que gusta de expandirse, somos más capaces de recibir de él lo que deseamos.

El universo es multimillonario, se pudre en lana; tiene incontables ideas cinematográficas, novelas, poemas, obras de teatro, pinturas, amores, amistades, casas disponibles, el trabajo de nuestros sueños, etc.  A veces no encontramos suministro suficiente porque lo buscamos en una persona cuando la búsqueda debe iniciar y terminar en nosotros mismos. Debemos aprender a permitir que el flujo se manifieste como y donde lo desee, y no donde nosotros lo deseemos. 

Creer que el universo es tu fuente de suministro, es, en sí, un plan efectivo. Evita la codependencia negativa, la ansiedad, y nos asegura que este proveerá. Nuestro trabajo consiste exclusivamente en prestar atención en cómo lo hará. 

Una forma de prestar atención, es al escribir nuestras páginas al despertar.  Por la noche, antes de dormir, haz una lista de las áreas en las que necesitas ser guiado.  En la mañana, al escribir sobre esas mismas áreas, descubrirás nuevos caminos. Experimenta con este proceso de dos pasos: pide respuestas antes de dormir y recíbelas al despertar.